martes, 9 de abril de 2013

Nunca (Parte 7).


                                                              Capítulo 5

Jérome abre lentamente los ojos y se mira las manos. Permanece así unos minutos, sin pensar en nada, como un cuerpo sin vida, como alguien que ha perdido las ganas de todo.
Tantea el bolsillo de sus pantalones para mirar la hora en su móvil, pero recuerda haberlo dejado ayer en la mochila para que no se mojara con la lluvia. Rebusca entre los trastos, papeles y guías del peregrino, sin éxito. Se maldice a sí mismo por haber sido tan irresponsable, cualquiera podría haberlo robado durante la noche.
De repente sus manos tocan un papel demasiado duro para ser propaganda. Lo saca, con desinterés, hasta que distingue el sobre y la letra redonda y cuidada con la que está escrito su nombre. Una escritura que le recuerda demasiado a la de la persona que le desvela cada noche.
Cada segundo le parece una eternidad mientras sus dedos temblorosos abren el sobre y desdoblan el contenido. Sus ojos leen ávidamente cada línea:

“Querido Jérome:
Aún me cuesta creer que me quieras, pero no porque no te crea, sino porque nunca pensé que te fijarías en alguien tan raro como yo.
Lo cierto es que me enamoré de ti la primera vez que me ayudaste aquel día en el puente.
Si no te respondí en aquel momento fue por miedo a empezar otra relación. Pero ahora estoy completamente segura.
Escondí esta carta en tu mochila mientras te despedías de los niños; espero que la leas cuanto antes, porque no quiero que sufras estando fuera.
Te quiere: Adriane.

Jérome lee la carta dos veces más, absorbiendo cada palabra escrita. ¿Se habrá quedado dormido mientras tenía los ojos cerrados? ¿Sería una broma de mal gusto de su mente?
Otra ráfaga de aire helado le convence de lo contrario.
Vuelve a buscar su móvil y esta vez lo encuentra a la primera, una broma del destino. Busca el número de Adrianne con rapidez y ni siquiera escucha los pitidos de llamada cuando alguien contesta:
-¿Sí?- la voz de su amiga suena malhumorada, la ha despertado.
-Adrianne- en la otra línea reina el silencio, pero la joven ha reconocido la voz al instante. Jérome piensa que se ha enfadado por llamarla a esas horas-. Siento haberte despertado pero es que yo…
-Estúpido…- le corta ella. Su tono de voz cambia de inmediato- Llevo dos noches sin dormir ¿Cuándo pensabas llamarme?
Jérome sonríe por primera vez en mucho tiempo. ¿Cómo no había visto antes el dichoso sobre?

                                                             Capítulo 6

  Marta se quita los auriculares, se siente observada. Mira a los lados y se percata de que no es la única despierta. Dos chicos, cada uno en una dirección distinta, la acompañan desde la distancia. Uno de ellos tiene una cabellera de rizos castaños, pero mira al suelo, así que se gira hacia el otro, que lleva solo una camiseta blanca, haciéndolo parecer aún más pálido. Marta deduce que debe ser británico. No puede saber con exactitud si había estado mirando, pero juraría verlo mover la cabeza hacia otra dirección justo cuando ella se ha dado cuenta de su presencia. Tiene la mirada perdida, no parece que se encuentre allí en ese momento. Un movimiento la distrae. Su amiga se mueve un poco y abre lentamente los ojos. Se sorprende al verla ya incorporada, móvil en mano. Le lanza una somnolienta mirada interrogante:
-¿Has dormido algo?- su voz es un susurro.
Marta la obsequia con una sonrisa franca y menea la cabeza.
Su amiga la acompaña unos minutos y luego vuelve a quedarse dormida.
Marta la mira unos instantes, con una tierna sonrisa. Teniendo amigos como ella, ¿a quién le importa perder unos cuantos peores?