En la oscuridad y sin ser vista
se posó en un tejado justo en frente del edificio donde aquel humano vivía. Una
luz se encendió dentro y, a través de la ventana, pudo reconocerlo quitándose
el abrigo con el ceño fruncido, como si el ambiente de la ciudad le resultara
tan profundamente asfixiante como a ella. Comenzó a trastear algo que se
encontraba fuera de su campo de visión y los suaves acordes de una guitarra se
desbordaron poco a poco a través de la ventana hasta llegar a sus oídos… “and
she’s buying a stairway to Heaven”. El águila cerró los ojos y se abandonó al
sueño.
jueves, 16 de enero de 2014
jueves, 9 de enero de 2014
Mi regalo: Eternidad (1)
Como si se hubiera convertido en
una nueva rutina, el águila alzó el vuelo y
planeó recorriendo todos los confines del bosque, buscando al lobo
blanco. Con la llegada de cada atardecer, realizaba el mismo viaje, recorriendo
cada rincón de maleza con su potente vista, esperando encontrar un milagroso
destello blanco del pelaje de su nuevo amigo, aunque realmente se le antojase
una vieja amistad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)