sábado, 22 de diciembre de 2012

Es bueno soñar.


Curiosos los momentos en los que me viene la inspiración…
Me encontraba a las ocho y media de la mañana en clase de inglés, pensando qué hacer a la hora siguiente mientras algunos de mis compañeros se enfrentaban a la recuperación de Historia del primer trimestre; y tuve la genial idea de escribirlo.
En realidad no es tan genial, pero es mejor que quedarse viendo volar las moscas mientras los demás cuchichean entre ellos. La profesora los observa  creyendo que así van a dejar de hacerlo. Algunas veces dice: “Estoy escuchando” ¿Y piensas que va a cambiar algo?... Patético.
Mi vista es lo más triste que puede llegar a ser una habitación: fluorescentes con luz blanquecina, que iluminan una sala equivalente a tres clases juntas; con cuatro filas de mesas cuyo color verde estoy comenzando a odiar; las ventanas completamente cerradas para que no podamos contemplar lo bonitos que están los árboles de la calle en esta época del año; y las paredes mitad blancas, mitad amarillo raído.
Sinceramente, no sé de dónde puedo sacar ganas de “hacer arte” en un lugar como este; debe haber pocas personas como yo en este instituto.
Cuando estoy aquí dentro, en una clase extremadamente aburrida en la que ya no sé si dormir o darme golpes contra la mesa, me evado del mundo.
Durante los diez minutos en los que solo existo en cuerpo presente, mi mente puede estar en cualquier parte; igual que cuando cuentas una historia, pero contándosela a uno mismo.
Tengo distintas formas de evadirme: puedo olvidarme de todo y no pensar en nada; puedo pensar en una excusa desesperada para llamar a casa y que me saquen de aquí; pero sin duda la que más me gusta es cuando me sitúo como la protagonista en un futuro, en situaciones que aún no he vivido ni sé con certeza que viviré…otras veces son situaciones completamente irreales, como pensar que puedo meterme en mi libro favorito y vivir una aventura con sus personajes, haciendo cosas que sé que nunca podría hacer (volar, volverme muy pequeña…).
Para que no penséis que estoy loca, aclararé que lo último solo sucedía con frecuencia bastantes años atrás, ahora tengo esa faceta de mí un poco olvidada; pero aún así sigue siendo mi preferida.
Es bueno soñar, he tenido experiencias que me han demostrado que a veces lo que sueñas escuchando una canción mientras observas a través  de la ventanilla de un coche puede hacerse realidad.
Solamente debe aparecer el momento adecuado a partir del cual puedas comenzar a hacer real tu sueño, incluso puedes provocarlo (queriendo o sin querer). Si de verdad has soñado, todo sucede solo, como una cadena.







Un último consejo: cuando no sepas qué hacer durante una clase deprimente, mira a la nada y sueña.

1 comentario:

  1. Gracias por tu reflexión. En primer lugar, me has hecho vivir el tedio de una clase plana. Es más, mi interior me ha gritado que me levantara y me fuera de esa clase!
    La evasión es el camino hacia la evolución en una clase en la cual solo existe la sobriedad y la carencia de fomento (por parte de las queridas personas que diseñan y decoran las clases) del talento más puro, y tan simple a la vez, que es soñar.
    Soñar y evadirse.
    Si te evades demuestras una superioridad en muchos aspectos que considero fundamentales, para considerar a una persona como "única", diferente, "talentosa", asombrosa.
    Los que pretenden aburrirse de manera convencional, sociabilizándose todo el tiempo. No saben lo que supone. Lo que vivimos personas como nosotros, no se puede describir, porque se sueña, nosotros estamos viviendo. De manera mas intensa, porque cumplir un sueño que ya había soñado muchas veces no es tan satisfactorio si lo comparas con el sueño previamente erigido por tu incontrolable cerebro.
    Los profesores no cesan en su intento de hacer el ridículo. Lo consiguen, a que precio? La madurez no se puede definir por tiempo o edad, eso son números. Si los profesores se evadieran, se palparía, no lo hacen, porque son profesores. Esto no significa que nunca haya admirado a un profesor, respeto fielmente la doctrina de cada uno, pero ninguno tiene el valor de saber evaporarse en un sitio tan frío como una clase donde vivimos día tras día.
    Nosotros aspiramos a más.
    No es una locura llamarse loco o creer que estás loco. Una locura supone no saber disfrutar nuestro poder. Estar loco supondría no evolucionar esta virtud.
    Si te evades es porque la fantasía supone un reto mayor que la vida a día de hoy no te ha planteado, pero, ¿sabes qué? Estas de suerte, a ti, la vida, te va a poner retos, sueños, que cuando los alcanzas, recordaras aquel cuento en el que te sumergías días como el de hoy.
    Los sueños no son solo sueños, los sueños se viven también, no con el cuerpo, sino con el alma.
    Último consejo: próximamente estaré muy enganchado a tu blog.

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