He conseguido llegar a una
conclusión bastante acertada sobre mí misma: a veces llego a ser tan complicada
que ni yo misma soy capaz de entenderme.
Me enredo en mis propios
pensamientos hasta que empiezan a ahogarme.
Esto se vuelve una y otra vez en
mi contra, porque siempre termino alterando a todo el que me rodea. Y lo
comprendo, yo también me altero…
Pero me altero porque tengo
muchísimas cosas en la cabeza y quiero
estar contenta con todas ellas, pero a la vez no quiero hacer algunas de ellas
porque puede que a las personas que están conmigo les perjudique, aunque
tuviera unas ganas locas de hacerlas.
¿Comprendes cómo me complico?
Yo sí lo comprendo, por eso
prefiero quedarme callada en esos momentos en que mi mente se divide en dos
bandos y ninguno se rinde. Si no permanezco callada, los ruidos de la batalla
salen por mi boca, e incluso, conforme voy hablando, comienzo a arrepentirme de
la mitad de las palabras que digo.
Después de eso permanezco un
largo rato callada, pensado y dando vueltas a mis sentimientos hasta marearlos.
Es la única forma de averiguar lo que realmente quiero y de separar lo que he
dicho en lo correcto y en lo equivocado.
Cuando he organizado lo que
pienso, a menudo me disculpo por algunas cosas y a la vez intento justificar
otras. Sin embargo, intento hacerlo poniendo la verdad por delante, no
utilizando mis argumentaciones como débiles excusas.
Mi conflicto interno se vuelve
más peligroso si en el momento en que empiezo a callarme (sabiendo una vez más que me he liado yo sola), me presionan para
intentar comprenderme. Está bien que intenten hacerlo, pero suele pasar que en
ese momento ellos ya están igual o más perdidos que yo (lo que conlleva a su
vez a que estén mucho más susceptibles).
En este punto ya no hay dos
bandos, hay tres: los dos anteriores y el que está en medio, temiendo lo que
puede pasar si alguno de los otros dos mete la pata; porque después será él el
que tenga que solucionar a toda velocidad lo que suceda.
¿Y todo para qué? Para que la
gente se enfade y yo me haga un lío enorme.
Lo único que pido es un poco de comprensión para aquellas personitas interiormente inseguras. Enfadaos con ellas si queréis, pero intentad comprenderlas cuando ellas no lo hagan porque será cuando más lo necesiten.
Por último quiero decir que por
mucho que lo explique, siempre será igual de estúpidamente complicado; cuando
me encuentre en ese estado, no me lo
tengáis en cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario