lunes, 28 de julio de 2014

Solo un susurro.



Quizás, si el viejo y llamativo buhonero no hubiera puesto aquella pequeña caja de música entre mis manos, nunca hubiera reparado en ella. Aquella cajita parecía recién sacada de uno de mi muchos sueños, en su tapa color arena aparecían dibujados en tonos marrones la silueta de un águila a lo lejos, sobrevolando una montaña cubierta por un bosque frondoso y, más allá, otra silueta mayor, la de un lobo que se aproximaba a la montaña.

martes, 22 de julio de 2014

La corriente supera a la piedra.



Estos últimos días me he percatado de lo crudamente verdadera que puede llegar a ser la frase “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” (y tres, y cuatro...). Siendo sincera, no solo me tropiezo con un tipo de piedra, las hay de cualquier forma y tamaño, pero solo hay una piedra sobre la que necesito escribir hoy: la fe en los demás, un concepto que puede considerarse una virtud y no un obstáculo, y que a veces ni yo misma sé qué sentido darle; un concepto, en definitiva, que para mí engloba todo aquello relacionado con el optimismo hacia las personas, la confianza en que reparen en una persona como yo, que muchas veces pasa desapercibida, la esperanza en que algunos se acerquen y traspasen el fino muro que me separa del resto del mundo, el mismo muro que yo misma intento traspasar, cada vez con más miedo por si esa persona a la que intento acercarme me vuelve a empujar dentro de este.

jueves, 3 de julio de 2014

Te sentí.



Mientras mantenía los ojos cerrados, disfrutando del sol en mi rostro y sintiendo cómo las telas de mi vestido blanco comenzaban a secarse y a separarse de mi cuerpo, pensé que así, con el mar en calma, el silencio imperante y aquel calor tan reconfortante, sería capaz de pasar el resto del día allí sentada entre la yerba y las pequeñas flores que apenas temblaban con la brisa marina; la verdad es que no recuerdo exactamente cuánto tiempo permanecí allí, con la mente navegando por un mar de plata, que casi consiguió arrastrarme de vuelta a la niebla, cuyas ondulantes y sugerentes brumas parecían llamarme una y otra vez.

martes, 1 de julio de 2014

Ama


Otra vez me encuentro en mi morada nocturna para poder escribir adecuadamente de algo que casi exige que sea escrito en la calma de la noche, a la luz de las estrellas. Es algo de lo que hablan miles de canciones, miles de historias e incluso miles de miradas y miles de abrazos, sí, probablemente ya lo habréis adivinado: el Amor.