He pensado “¿Porqué
no escribir una entrada en una noche de inspiración?”, así que me he puesto los
cascos para escuchar canciones tranquilas de Corinne Bailey (sobre todo “Put
your records on”, me encanta, ya la pondré por aquí) y he empezado a teclear.
Me apetece tocar un tema que muchos no tocan porque dicen
que solo piensan en el ahora y que es mejor no revolver mierda, eso es: el
pasado.
No me gusta recrearme en las cosas malas del pasado, pero
tampoco borrarlas como si nunca hubieran sucedido, solo conseguiré volver a
tropezarme con la misma piedra.
Hace pocos días revisé mis entradas más antiguas, incluso
algunas que no publico por un motivo u otro, y me he dado cuenta que casi
siempre escribía porque me pasaba algo malo, como estar triste o frustrada por alguien, recrearme en malas situaciones,
hablar de un defecto u otro… Como si solo encontrara las ganas de escribir
cuando estoy triste.
Sinceramente, me ha parecido una estupidez por parte de mi
“yo pasado”. Es comparable a aquellos que necesitan estar borrachos para ligar
o esos que compran para sentirse realizados o
los que hablan mal de otros para estar contentos consigo mismos,
etcétera, etcétera.
Por el contrario, si miras mis entradas más recientes, no
hay ni un resquicio de tristeza o cualquier sentimiento que se le parezca. Me
he sentido tan contenta y orgullosa de mí por haber cambiado ese medio de
inspiración que me han entrado ganas de darme palmaditas en la espalda o
ponerme un pin que diga “vas por buen camino ;)”.
Parecerá una tontería, pero no me he dado cuenta hasta ahora
de que por fin han cambiado mis motivos para escribir, que ya no es tanto para
desahogarme como para expresarme, sin más. Aunque pensándolo bien no es raro
que no me haya dado cuenta porque este cambio ha hecho que esté un poco más
“ida” de lo normal.
Pero me da igual, que me llamen loca, yo seguiré pensando
que de todas las formas que he tenido de estar feliz, esta es la más sana;
quitando, claro está, esa felicidad despreocupada de la infancia (es decir, que
la de ahora es la que más se le parece).
Ya puestos a darle vueltas a cada idea que escribo, esta
felicidad se acercará bastante a la de la infancia, pero opuestamente creo que tengo los pies más cerca del suelo
que en muchas de las demás etapas de mi vida. Así que, para terminar,
voy a ponerme otro pin por ser tan “insana-sanamente” feliz a pesar de todo.
…Creo que voy a tener que beber Nestea más a manudo.
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