lunes, 29 de julio de 2013

Sabio consejo


¿Nunca os habéis preguntado cómo es posible que las madres sean como son? ¿Cómo puede ser una madre tantas cosas distintas a la vez? Psicóloga, interrogadora, cocinera, profesora, guardiana, juez, rastreadora, abogada, modista, cuenta-cuentos, cantante, actriz…

¡Y todo en la misma persona!

Por no hablar de esa extraña atracción que ejercen sobre nosotros y nos hace perdonarlas y quererlas por mucho que nos exasperen.

Porque es cierto que una madre tiene el imperioso poder de ponerte de los nervios bajo cualquier circunstancia; pero se las quiere, es muy difícil no hacerlo.

Estoy segura de que cualquier científico sabría darle a todo esto una explicación racional pero, como no soy científica, trataré de explicarlo desde mi punto de vista:

Para mí, las madres son unos seres especiales, seres mágicos que lo mismo, solo con su presencia, te hacen sentir genial o te hacen preguntarte qué estás haciendo con tu vida.

Uno de sus muchos super-poderes es leer el pensamiento: Llevas todo el día con una idea nublándote la mente y nadie se da cuenta de nada hasta que llegas a tu casa, tu madre te mira y le basta que digas “hola” para preguntarte qué te pasa, aunque en la mayoría de los casos ya se lo imaginan.

De igual forma, las madres huelen un secreto a kilómetros de distancia. Ni siquiera hace falta que se lo cuentes porque ellas ya lo saben.

No se puede decir que un secreto ya no es un secreto si una madre lo sabe, las madres no se pueden considerar “gente” en “hay más gente que sabe mi secreto”, porque son una segunda extensión de nuestra mente y no vale la pena intentar esconderles nada.

Otra cosa que me sorprende de estos seres es su capacidad para encontrar objetos perdidos, siempre precedida de su mítica frase: “¿A que voy yo y lo encuentro?”

También está el super-poder de cambiar completamente el sentido de las cosas. Ya puedes estar completamente seguro de algo que si a una madre le da por pensar, te soltará una frase ingeniosa o filosófica y… ya no estarás tan seguro.

Con todo esto quiero decir que muchas veces no se admira a las madres como se merecen. Ojalá de mayor pudiera tener solo la mitad de super-poderes que tiene mi madre.


Cuando veas a la tuya, dale un abrazo y recuérdale lo especial que es, porque lo que una madre no hace por ti no lo hará nadie.




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