viernes, 31 de mayo de 2013

Error humano


Desde que tengo uso de memoria, los mayores siempre me han recordado lo importante que es tener un proyecto futuro  ¿A quién no le han preguntado nunca qué quiere ser de mayor?

sábado, 25 de mayo de 2013

El secreto está en las nubes.



Hará aproximadamente una semana, me quedé mirando las nubes (como ya os dije en mi última entrada). La vista me pareció impresionante- llamadme loca, pero me pasa muchísimas veces-.  Cada vez que lo hago intento guardar la imagen en mi cabeza, como si de una fotografía mental se tratase, las voy coleccionando poco a poco.

martes, 21 de mayo de 2013

Tan normal, tan nuevo, tan brillante como siempre.



“Estaba caminando como cualquier otro día por mi casa, con las ventanas de siempre, las fotos de siempre, las cortinas de siempre… cuando de repente encontré una puerta que nunca había estado allí, era una puerta distinta a las demás  de mi casa: de una belleza exquisita, tal y como yo habría decorado una puerta. Estaba entreabierta, invitándome a entrar; al otro lado no podía verse nada y tal vez fue por eso o por el halo de misterio que despertaba en mí, pero decidí entrar.

lunes, 20 de mayo de 2013

Like a lady with pipa.

Hoy estoy haciendo algo que, por my tonto que parezca, no lo he hecho en mi vida: me he puesto a escribir en un banco. La gente se preguntará qué hace una chica con una libreta roja, muy concentrada, escribiendo en un banco a pleno sol de las cuatro de la tarde. Bueno… pues es… divertido.

sábado, 18 de mayo de 2013

No quiero más dramas



Realmente no me gusta ni la canción ni el vídeo pero la letra me viene como anillo al dedo, así que aquí os lo dejo.





miércoles, 15 de mayo de 2013

Because we can



                   I am a rock not just another grain of sand.




Espero que la disfruteis tanto como yo, a mi siempre me sube el ánimo.

martes, 14 de mayo de 2013

El verdadero protagonista


No sé porqué no he sacado el tema antes, con lo importante que ha sido para la creación de este blog. Tal vez se deba a que es algo tan obvio que se nos olvida mencionarlo. Piensa… un blog, palabras, historias, quebraderos…Exacto, ¡LIBROS!

Para mí son una adicción, tengo una relación de amor-odio con los libros.

Doy a entender que cualquiera de los aquí lectores de mi blog se ha leído alguna vez un buen libro. Sí, son esos libros que te recomienda un amigo, te regala un familiar o que simplemente encuentras por casualidad en un tenderete de la feria del libro. Son ese tipo de libros que al principio pienso: “Voy a la aventura, espero que no decepcione”.

Y empiezo a leer… y a leer… y a leer… Y cuando me doy cuenta estoy casi a oscuras, bizqueando para poder seguir leyendo y con un hambre canina. Dejo el libro, lo cierro lentamente, lo observo, él me observa y parece decirme: “¡No me dejes así, un poco más!”. Y como mi instinto de devora-libros es más fuerte que todo lo demás, vuelvo a él y disfruto del reencuentro.

Oh, los buenos libros, esa clase de libros que puedes leer en el autobús, en un aula ruidosa, mientras caminas, mientras comes o mientras tu familia ve el fútbol. No me digas que no te ha pasado nunca.

Me encanta cómo son capaces de sumergirme hasta lo más profundo de la historia, hasta que parece que estoy yo allí, hasta que parezco un personaje más: sintiendo lo que sienten, viendo lo que ven, creyendo en lo que creen…

Para mí lo más triste de todo es cuando me doy cuenta que estoy llegando al final. ¿Por qué tiene que acabar una historia tan bonita? ¿Por qué no hacen otro libro para que sepa qué pasa después? He aquí porqué he escrito antes que tengo una relación de amor-odio con los libros. Desafortunadamente, termino el libro, me quedo mirando el espacio en blanco, releo la última frase, busco algún indicio de un siguiente libro… siempre me pasa lo mismo porque no quiero que acabe ya, pero finalmente lo cierro poco a poco (con mi típica cara de “pucheros”).

Lo observo, él me observa y se me escapa un suspiro de resignación.

Creo que algo se nos queda dentro después de haber leído esos libros, hay personajes que nunca nos abandonan del todo. De vez en cuando nos pasa algo en nuestra vida y pensamos: “¡Vaya, como en aquel libro!”. No podemos evitar contarle la historia a otro, no podemos evitar hablar de lo bonito que era.

Así es como surge la pasión por escribir, por intentar conseguir que otra persona pase por  lo que yo he explicado que paso cuando leo un buen libro, por hacer que otros se sientan identificados cuando leen mis líneas o, simplemente, por encontrar una vía de escape a todo lo que necesito escribir y que me fascina.
Sé que cualquier buen lector y/o escritor sabe a lo que refiero, así que nunca olvides, buen lector, que cuando todo falle, siempre te quedará ese don tan grande de crear con las palabras.

sábado, 11 de mayo de 2013

A lo Platón.


Bueno, venga, llevo ya un largo tiempo sin escribir y creo que es hora de volver a mis palabras.
He intentado volver a ponerme a escribir antes pero se me venían a la cabeza tantas cosas que es muy complicado ordenarlas. Es de esas veces que te quedas mirando fijamente la pantalla del ordenador con el cursor del ratón sobre el icono de Word y… ya está, ahí se queda porque de repente lo que querías escribir ya se ha ido.

¿Por dónde empiezo?

Creo que voy a volverme Platón  mientras escribo y te voy a hablar de las ideas.

Según mi punto de vista, me he dado cuenta que muchas ideas que se forman en nuestra cabeza (porque alguien las ha puesto ahí o las has creado tu solo), son como un virus que se extiende poco a poco. Cabe decir que aunque lo llame virus no tiene porque ser una idea mala.

El caso es que normalmente no te reafirmas en una idea así por las buenas, al principio la idea pasa a tu alrededor, roza uno de tus dedos, te susurra al oído, te sopla en la cara… pero no te das cuenta de que está cerca y entonces, se cuela en tu cabeza y ahí se queda, tranquila y latente, esperando un empujón que la lance al interior de tu mente.

De repente en tu vida pasa algo: imprevisto, chocante, doloroso… o tal vez sorprendente, esperanzador, dulce… Sea lo que fuere esa idea despierta y por fin consigue el impulso que necesitaba para empezar a adentrarse más y más en nosotros.

Ya no te queda más remedio que darte cuenta de esa nueva idea, solo que al principio reaccionas tal que así: “¿En serio?...Vaya…”. No te explicas cómo ni cuándo has empezado a pensar así  hasta que ya es demasiado tarde. La idea se apodera primero de tus ojos, empiezas a ver las cosas de una forma distinta; después de tus extremidades, detrás de tus acciones está ella; y, por último, esa idea que no era nada, que hasta hacía bien poco te acariciaba desde lejos, se apodera de tu corazón. Y entonces sí estás perdido, para bien o para mal, esa idea se queda a vivir contigo.
Puede que durante todo ese proceso hayas estado triste, ilusionado, escéptico o sorprendido; pero si de algo estoy segura es que has estado confuso, y cuando llega a tu corazón, el doble de todo.

Pero así son las cosas, así son las ideas que siempre nos rondan, a la caza de nuevas cabecitas pensantes. No te preocupes, es normal estar confuso, y te lo dice una experta en la indecisión que todavía no ha aprendido a hacerle caso a la idea hasta que ya está bien dentro.

Quién sabe… a lo mejor quien lea esto no sabe que la idea de todo esto ya está cerca, soplándole a la cara.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Nunca (Final)


Cuatro vientos, seis de la mañana. Miles y miles de personas cansadas después de una noche de tormenta y fuertes emociones. Comienzan a levantarse pesadamente, aún están medio dormidas. El frío se marcha con tranquilidad ante las luces del alba. De todas esas miles de personas, solo tres ya están completamente despiertas.
Las tres se han conocido sin darse cuenta, han adivinado mucho, aunque piensen que es poco; han cambiado sus vidas en solo unos instantes; han visto luz y esperanza, cada uno a su propia manera.
Ya no consiguen verse las caras, la multitud se lo impide; tal vez ya no recuerden cómo eran los rasgos de los otros dos; pero aquella sensación de sentirse formar parte de un momento único no lo olvidarán en mucho tiempo.
Y es que Christian nunca querrá dejar de ser ese Christian, alguien capaz de ver más allá de lo que los demás alcanzan a vislumbrar.
Marta se ha propuesto ser Cassandra, sentirse libre, querida, desinteresadamente feliz.
Y Jérome sin darse cuenta ha aprendido a ser Samuel, persiguiendo su propio paraíso hasta el último momento.
Ciertamente, eso es algo por lo que todos luchamos y por lo que no debemos rendirnos aunque tengamos todo en nuestra contra.
Nunca.
Aunque parezca que nada tiene sentido.
Nunca.
Aunque creas que a nadie le importas, que sin ti nadie perdería nada en su vida, nunca estarás completamente solo.
Nunca.

                                                                       FIN