martes, 14 de mayo de 2013

El verdadero protagonista


No sé porqué no he sacado el tema antes, con lo importante que ha sido para la creación de este blog. Tal vez se deba a que es algo tan obvio que se nos olvida mencionarlo. Piensa… un blog, palabras, historias, quebraderos…Exacto, ¡LIBROS!

Para mí son una adicción, tengo una relación de amor-odio con los libros.

Doy a entender que cualquiera de los aquí lectores de mi blog se ha leído alguna vez un buen libro. Sí, son esos libros que te recomienda un amigo, te regala un familiar o que simplemente encuentras por casualidad en un tenderete de la feria del libro. Son ese tipo de libros que al principio pienso: “Voy a la aventura, espero que no decepcione”.

Y empiezo a leer… y a leer… y a leer… Y cuando me doy cuenta estoy casi a oscuras, bizqueando para poder seguir leyendo y con un hambre canina. Dejo el libro, lo cierro lentamente, lo observo, él me observa y parece decirme: “¡No me dejes así, un poco más!”. Y como mi instinto de devora-libros es más fuerte que todo lo demás, vuelvo a él y disfruto del reencuentro.

Oh, los buenos libros, esa clase de libros que puedes leer en el autobús, en un aula ruidosa, mientras caminas, mientras comes o mientras tu familia ve el fútbol. No me digas que no te ha pasado nunca.

Me encanta cómo son capaces de sumergirme hasta lo más profundo de la historia, hasta que parece que estoy yo allí, hasta que parezco un personaje más: sintiendo lo que sienten, viendo lo que ven, creyendo en lo que creen…

Para mí lo más triste de todo es cuando me doy cuenta que estoy llegando al final. ¿Por qué tiene que acabar una historia tan bonita? ¿Por qué no hacen otro libro para que sepa qué pasa después? He aquí porqué he escrito antes que tengo una relación de amor-odio con los libros. Desafortunadamente, termino el libro, me quedo mirando el espacio en blanco, releo la última frase, busco algún indicio de un siguiente libro… siempre me pasa lo mismo porque no quiero que acabe ya, pero finalmente lo cierro poco a poco (con mi típica cara de “pucheros”).

Lo observo, él me observa y se me escapa un suspiro de resignación.

Creo que algo se nos queda dentro después de haber leído esos libros, hay personajes que nunca nos abandonan del todo. De vez en cuando nos pasa algo en nuestra vida y pensamos: “¡Vaya, como en aquel libro!”. No podemos evitar contarle la historia a otro, no podemos evitar hablar de lo bonito que era.

Así es como surge la pasión por escribir, por intentar conseguir que otra persona pase por  lo que yo he explicado que paso cuando leo un buen libro, por hacer que otros se sientan identificados cuando leen mis líneas o, simplemente, por encontrar una vía de escape a todo lo que necesito escribir y que me fascina.
Sé que cualquier buen lector y/o escritor sabe a lo que refiero, así que nunca olvides, buen lector, que cuando todo falle, siempre te quedará ese don tan grande de crear con las palabras.

2 comentarios:

  1. Recuerdo esta sensación en mis tiempos mozos, cuando leía casi libro por día, y también recuerdo el descontento que sentía al terminar alguno que me había encantado. Por eso dejé de leer: las historias que sucedían me gustaban tanto que luego me provocaban desesperanza pues eso no me ocurriría a mí en la vida real. Jamás. O tal vez no.

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  2. Hasta en los comentarios se nota :D
    Tienes razon en que son cosas que a lo mejor nunca nos van a pasar pero de todas formas bo es malo alimentar la imaginacion, nunca sahes cuando puede hacer falta

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