No sé porqué no he sacado el tema antes, con lo importante
que ha sido para la creación de este blog. Tal vez se deba a que es algo tan
obvio que se nos olvida mencionarlo. Piensa… un blog, palabras, historias,
quebraderos…Exacto, ¡LIBROS!
Para mí son una adicción, tengo una relación de amor-odio
con los libros.
Doy a entender que cualquiera de los aquí lectores de mi
blog se ha leído alguna vez un buen libro. Sí, son esos libros que te
recomienda un amigo, te regala un familiar o que simplemente encuentras por
casualidad en un tenderete de la feria del libro. Son ese tipo de libros que al
principio pienso: “Voy a la aventura, espero que no decepcione”.
Y empiezo a leer… y a leer… y a leer… Y cuando me doy cuenta
estoy casi a oscuras, bizqueando para poder seguir leyendo y con un hambre
canina. Dejo el libro, lo cierro lentamente, lo observo, él me observa y parece
decirme: “¡No me dejes así, un poco más!”. Y como mi instinto de devora-libros
es más fuerte que todo lo demás, vuelvo a él y disfruto del reencuentro.
Oh, los buenos libros, esa clase de libros que puedes leer
en el autobús, en un aula ruidosa, mientras caminas, mientras comes o mientras
tu familia ve el fútbol. No me digas que no te ha pasado nunca.
Me encanta cómo son capaces de sumergirme hasta lo más
profundo de la historia, hasta que parece que estoy yo allí, hasta que parezco
un personaje más: sintiendo lo que sienten, viendo lo que ven, creyendo en lo
que creen…
Para mí lo más triste de todo es cuando me doy cuenta que
estoy llegando al final. ¿Por qué tiene que acabar una historia tan bonita?
¿Por qué no hacen otro libro para que sepa qué pasa después? He aquí porqué he
escrito antes que tengo una relación de amor-odio con los libros. Desafortunadamente, termino el libro, me quedo mirando el espacio en blanco, releo la última frase,
busco algún indicio de un siguiente libro… siempre me pasa lo mismo porque no
quiero que acabe ya, pero finalmente lo cierro poco a poco (con mi típica cara
de “pucheros”).
Lo observo, él me observa y se me escapa un suspiro de
resignación.
Creo que algo se nos queda dentro después de haber leído
esos libros, hay personajes que nunca nos abandonan del todo. De vez en cuando
nos pasa algo en nuestra vida y pensamos: “¡Vaya, como en aquel libro!”. No podemos
evitar contarle la historia a otro, no podemos evitar hablar de lo bonito que
era.
Así es como surge la pasión por escribir, por intentar conseguir
que otra persona pase por lo que yo he
explicado que paso cuando leo un buen libro, por hacer que otros se sientan
identificados cuando leen mis líneas o, simplemente, por encontrar una vía de
escape a todo lo que necesito escribir y que me fascina.
Sé que cualquier buen lector y/o escritor sabe a lo que refiero,
así que nunca olvides, buen lector, que cuando todo falle, siempre te quedará ese
don tan grande de crear con las palabras.
Recuerdo esta sensación en mis tiempos mozos, cuando leía casi libro por día, y también recuerdo el descontento que sentía al terminar alguno que me había encantado. Por eso dejé de leer: las historias que sucedían me gustaban tanto que luego me provocaban desesperanza pues eso no me ocurriría a mí en la vida real. Jamás. O tal vez no.
ResponderEliminarHasta en los comentarios se nota :D
ResponderEliminarTienes razon en que son cosas que a lo mejor nunca nos van a pasar pero de todas formas bo es malo alimentar la imaginacion, nunca sahes cuando puede hacer falta