lunes, 2 de junio de 2014

En pocas palabras.


Queridos lectores:

Sé que llevo muchos meses sin escribir una entrada en condiciones y que las últimas entradas, por muy bonitas que sean, tampoco se las puede llamar entradas; sé que me tengo que tragar mis propios consejos, que de nada sirve no escribir, que es mejor no dejarlo y ser constante porque si no... se te va, se te va el tiempo, se te van las palabras, se te va otra forma más de vivir. Todo eso lo sé, y sin embargo caigo, como cae cualquiera al suelo malamente y se queda lisiado un largo tiempo, y después de meses recuerda cómo andar y cómo andaba pero descubre con cierto temor que sus pasos se han vuelto temblorosos e inseguros; así que, queridos lectores, no tengáis muy en cuenta si mi estilo es tosco porque lo importante es lo que intento expresar.

Y hablando de “lo importante”, me gustaría volver a vosotros hablando, literalmente, de eso, “lo importante”.

Anoche estuve reflexionando y reflexionando sobre si realmente escribir para mí era importante, claro que sí lo era. Entonces, ¿porqué no escribo? ¿qué me frena? ¿tan difícil es sacar un poco de tiempo para poner en orden unas cuantas palabras?. Ay... son muchas preguntas y es cierto que muchas veces no quiero o no encuentro horas del día para dar rienda suelta a mis ideas para que me muestren qué escribir. Y pensando sobre el tema llegué a otra de mis famosas conclusiones: qué mejor tema para escribir que las cosas que para mí son realmente importantes, pues bien, aquí van algunas...

No, es broma, la lista es muy corta y se reduce a una respuesta muy sencilla. Y como sé que mis preciados lectores, solo por el mero hecho de haber entrado en el enlace de una nueva entrada, aprecian mi punto de vista, tendrán la misma idea que yo sobre lo que considero que es la frase clave que empieza y finaliza la lista:

Ser feliz. Solo eso, algo tan simple como complicado.

Y ahora sí, puedo empezar a mostraros lo que para mí es importante: ser feliz es levantarse y acostarse pensando que has hecho las cosas como mejor has sabido hacerlas, que has dado lo mejor de ti a cada persona que se ha cruzado en cada pequeña fracción de tu vida, y si no lo has hecho, al menos has intentado arreglarlo. Ser feliz es también pararse a mirar pequeñas cosas maravillosas que se encuentran en esquinas distantes de nuestro día como saltando mientras hacen aspavientos con los brazos para que te fijes en ellas, que están deseando que te detengas una milésima de segundo a sonreirles, como pasa con un rayo de sol que se filtra entre las nubes, unos pájaros volando y confundiéndose unos con otros, una canción de la radio que tan buenos recuerdos te trae al presente... Más cosas importantes, como pensar que vas a hacer algo como si fuera un regalo a uno mismo, porque sí, porque te lo mereces; o alejarte sentimentalmente de aquellos que parece que no les gusta verte feliz de la forma en que quieres serlo e inventan una mentira de la felicidad para hacerte esclavo de ella, e incluso puedes alejarte físicamente también de vez en cuando, piensa que también eso puede ser un regalo.

Pero sobre todo, y como siempre digo, lo que más puede hacerte feliz es rodearte de las personas que te quieren, esas que te reciben siempre con los brazos abiertos, que te animan a sacar lo mejor de ti mismo, que te dicen la verdad aunque no quieras oirla, que se interesan por cómo estás, que te leen en la cara lo que piensas y que quieren contagiarte su felicidad y no someterte a ella. Y quererlas igual, dejar que acaricien a tu verdadero yo si te tienden la mano, pensar en ellos, y en nadie más. Agradéceles, si no dando las gracias, intentando que se sientan felices de rodearse de ti igual que tú lo haces de ellos.

Eso es lo importante.


Y con todo esto, os pido perdón por no intentar contagiaros mi filosofía y mi felicidad. De ahora en adelante, intentaré acordarme de vosotros cuando me fije en las pequeñas cosas que me llaman desde las esquinas e intentaré describiroslas como si eso significase darme un regalo a mí misma para que así podáis acariciar cada pequeña parte de mi alma. Os doy las gracias y os recibo con los brazos abiertos.

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